lunes, 18 de julio de 2011

[...] eran los de antes...

No hay como los de antes. Antes duraban toda la vida, ahora después de cuatro o cinco años hay que conseguir otro porque no funciona más. Y lo peor es que tal vez se podría arreglar, pero a veces parecería que cuesta más arreglarlo que conseguir uno nuevo y listo.

[no se si hablamos de las relaciones amorosas o de los electrodomésticos]

No hay comentarios: