sábado, 6 de agosto de 2011

Cajita de sorpresas

Cuantas cosas se me pasaron por la cabeza desde ayer a la tarde. Intentaba retenerlas pero al parecer el espacio en mi cabeza no es tan grande, o tengo el disco lleno, pero necesitaba dejarlas ir para que vengan otras.
Había tenido las señales delante mío y no me habia dado cuenta: el encuentro con tu similar y el llamado a medianoche, el merodeo casual por tu residencia. Hasta que sucedio. Mejor escribir de corrido que organizar.

Esta vez estaba alertada del encuentro. Igualmente apareciste de golpe, tarde, mientras yo enérgicamente hablaba de otra cosa. Nos saludamos con el típico "¿todo bien?" con ese tono mas agudo y cantado, que esconde lo no dicho "(tanto tiempo)", que en realidad es "(tanto tiempo que no nos vemos, cuando antes nos veíamos tanto)". Mientras la música sonó, fuimos espectadores del show. Algo internamente me obligaba a autoevaluar la situación, y la respuesta era favorable: todo en orden acá en el corazón. De lejos vi aquella cadena que colgaba de tu cuello, como una de esas chapitas de la guerra. Y algunas palabras quedaron resonando en mi cabeza: "dejalo, que no lo dejan hacer nada" (descreo totalmente en mi propia veracidad de aquello que escuché). En fin, a la salida nos encargamos de cosas diferentes, y al final te habías ido, sin saludar a nadie. Claramente como obra del destino, y luego de haber parado para comprar la comida, nos volvemos a encontrar, vos solo parado en la parada del colectivo. Con mi gentileza, me acerco para saludarte, luego se acercan los demás. Con tu gentileza aclarás que esperaste para saludar, pero que como no salíamos te habías ido. En el reclamo general, le digo "Te fuiste sin saludarme", maldito pronombre delator. Y así seguimos nuestro camino.

A partir de ahi comenzo el remolino, de todo aquello que habia pasado. Vertiginoso, contradictorio, era mas una fuga de ideas que pensamiento. Lo primero era cierta felicidad y alivio al darme cuenta de que realmente el capítulo estaba cerrado. Podiamos estar juntos, y si bien aún no podíamos conversar, por lo menos no nos sentíamos raros haciéndolo, lo cual era bueno. No podiamos conversar porque no sé, por un lado porque es medio raro, por otro, siendo que la última vez que hablamos me evadiste cualquier tipo de conversación sobre nuestra vida, me hace sentir un poco incómoda. En el fondo tampoco quiero que se malinterprete nada. Yo ya habia sentido esa evasión de la conversación, y pensé que claramente no me quería contar que estaba con alguien, pero bueno, de ultima ya pasó bastante tiempo, no me lo voy a tomar a mal. Eso tambien me hizo pensar, en la situación de que esté con otra. Si bien no es algo que me ponga mal, tampoco salto de alegría. ¿Qué es lo que me pone asi? La herida narcisista, ¿porque en ese momento no queria ponerse las pilas para tener una relacion y que ahora si lo puede hacer con otra?, ¿la otra se banca lo que yo no? ¿o por ella cambiaste y por mi no? Era otro momento, otro contexto, tampoco me voy a cegar pensando asi. Ni siquiera se cuanto tiempo hacen que salen (si salen) y tampoco quiero descubrir si se conocieron cuando todavía estaba conmigo, porque ya excede mi limite. Queda pendiente el prólogo de "el día que te vi con tu novia", que como todo, va a llegar algún día.

Ahi paro la moto, porque me parece que me fui re lejos con toda la maquinacion (no, no me parece, me fui a la mierda). Vuelvo al presente y pienso que te vi y no te vi, o al que vi no era el que fuiste. Aquel del que me enamoré no estaba mas ahí, ahí había otro, o tal vez acá había otra también. Me acordé de una conversación que había tenido hace poco con amigas, en la que había teorizado mi idea de la categoría del "ex", a la cual no estamos tan acostumbradas debido a nuestra corta edad y experiencia en el amor. Ese alguien con quien tuviste tanta intimidad y fuiste tan cercana, que pasa a ser un ex-traño a veces de golpe, o no tanto. Alguien va por la vida conociendote mas que muchas de las personas que ves habitualmente, y sin embargo no hay ningún contacto. Ayer me di cuenta que podia estar en un error. No contaba con que con el tiempo, todo cambia, y aquella persona que conociste quedó como una instantánea, detenida en aquel momento. Es como decir que uno maneja windows y el ultimo que usaste es el 95. ¡No hay que despeciar la importancia de la actualización diría Bill!

En fin, despues de todo, volvi mi reflexión hacia mi. Críticamente encuentro que tengo cierta reticencia a estar en una relación. Pienso en estar como estaba y me siento ahogada, asfixiada completamente (y eso que la relación no tenía tintes simbióticos). Pero bueno, tal vez no cuento con el amor, que te da la ilusión de estar respirando aire puro adentro de una burbuja.

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